¡Hey, tú! Pequeñuela y/o pequeñuelo, deja lo que estás haciendo y presta atención en esto:
Maravíllate de todo y muéstrate perspicaz ante los hechos.
Recuerda que cuando el ser humano deja de asombrarse es cuando empieza a perder su categoría de humano.
Pero si rara vez te dan la oportunidad de cambiar algo en tu vida, elije la vida misma. Existe algo mucho más valioso.
Y cuando te preguntes el porqué del mundo exterior, no olvides que la respuesta reside en tu interior.
Pues ahora somos muchos los que idealizamos; muchos los que buscamos sencillez, dulzura y ternura antes que placer corporal, envoltorios y coeficientes; hoy ya somos muchos los que anhelamos una casa bonita junto a los pequeños seres que alumbran la caldera.
¡Vamos! ¡Sienta tu ego y qué fluya tu espíritu!
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