In your own words.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Hasta formar una pasta uniforme.

Hola. Tú llamaste ¿verdad?; lo supuse pues vi tu nombre en mi celular como llamada perdida. Siempre veo ********, el día y la fecha. Pero no te resientas por no haberte respondido, no es que no quiera atender el teléfono... mira, la verdad yo no le contesto a nadie... ya ni sé porque tengo un celular -creo que fue para no sentirme más raro ante los demás o para tener un medio de comunicación más directo, no lo recuerdo- pero bueno, algunas veces me saca de problemas. Más aun ahora que ando en la incansable busqueda de trabajo.

Sí, ¿me recuerdas haberte comentado que me gradué la semana pasada?. Fue un buen día considero, aunque me sentí aliviado en un aspecto y afligido en otro.  Es que una vez que terminas tu carrera lo primero que debes hacer es conseguir un empleo que llene tus expectativas intelectuales y...(...).
Pero para serte sincero no quiero trabajar. Siento que es muy materialista y que esa actividad lucrativa sólo responde a seguir el molde, al cual ya estamos amoldados, para hacerlo más permanente día a día.

Sé lo que piensas, ¡maldita revolución industrial!. Y yo también creo lo mismo, ¡no me importa!. Sin embargo, noté que tanto a papá como a mamá y a otras muchas personas, que yo quiero y estimo mucho, sí les importa; por lo tanto, son el motivo que me impulsan a buscar empleo.

Es así que en estos días, donde solía pasarlos en las calles buscando algún trabajo- días en los cuales anduve saltando cual rana mantarrayada de una entrevista a otra-, me di con la grata sorpresa de que me gustan mucho las entrevistas para los puestos laborales. Son muy estimulantes, la verdad, aunque otras son simplemente estúpidas. "Ser proactivo", sí, como no. Yo sí que lo soy, no yo claro está, pero sí uno de mis alteregos.

Puedo decirte que hasta ahora, lo mejor de buscar un empleo son las entrevistas para poder conseguirlo- creo que en un mundo paralelo, tal vez, esto sí sea considerado un trabajo-, es todo un mundo diferente y me gusta mucho. Ahí conoces gente, intercambias pareceres, compartes expectativas, anhelos, etc,. Y sabes, me parece totalmente increíble como las personas pueden ser tan distintas unas de otras -comparándolas conmigo- y tan semejantes entre sí-comparándolas entre ellos mismas-, ahora ¡eso sí que es interesante!.

Y volviendo a la llamada perdida- motivo por el cual escribo esto y luego hablé de otra cosa (es muy yo el desviarme de tema cual Lazarillo de Tormes, no le tomes importancia) sin darme cuenta-, solo espero que tal vez la próxima vez que tú me llames yo sí conteste.

Y todo eso dependerá de una muy acertada y bien predeterminada conjunción de acontecimientos, los cuales sucederán:

- Cuando yo quiera contestar el teléfono,
- cuando seas tú quién llame y
- cuando solo sea tu voz la que yo quiera escuchar.
(estos tres hechos están supeditados al lugar y momento adecuados).

Buenas noches.