In your own words.

domingo, 16 de junio de 2013

Sin título II

Te hago una pregunta: ¿hay algo de lo cual te estés quejando?
Si la respuesta es no, genial, ya puedes dejar de leer este artículo.
Si la respuesta es sí,  pregúntate lo siguiente: ¿de qué me estoy quejando?
Encuentra ese ente activador dentro de ti y ahora colócalo en alguna área del siguiente listado: contextura corporal, puesto laboral, política, música, religión, familia, color de piel, dinero, idioma y todas aquellas otras características que están sujetas a prejuicio por el ser humano.

Si te pones a pensar por un momento, todas esas categorías y muchas otras lo único que han hecho es subdividirnos como personas. Por ejemplo, ¿cuántas tendencias políticas existen?, ¿cuántas religiones, clases sociales, tipos de familia, etc., tenemos? Como puedes notar, estas cosas nos están separando los unos de los otros, agrupándonos en pequeños cónclaves para que el dolor pueda penetrar más rápido y fácil.

Sin embargo, ellos van más profundo y también nos quieren separar de nosotros mismos a través del miedo. El miedo es lo que te separa de ti mismo y te envía al olvido; además, ¿cómo podrás ser uno con los otros si ni siquiera eres uno contigo mismo?. Debes liberarte de esas circunstancias, no tomarlas en cuenta para tu vida, aunque si estás dentro de "esto" tienes que amoldarte a ello pero entendiendo de que "esto" realmente es un "paseo", un sin número de actividades y modelos de vidas al cual debes pertenecer, te compras la historia pero no endeudas tu alma.

Entonces, entenderás de que no tiene sentido quejarte ni sentirte mal por algo que tú ni siquiera inventaste, sino que algo externo lo creó y te hizo víctima de ello, porque no hay nada que influya en ti a menos que tú lo permitas, primero agradece y comparte tus bendiciones, al fin y al cabo son las de todos. 

¿De qué forma dejar atrás las circunstancias? Hay algo en ti que no las toma en cuenta y sólo se dedica a sentir, lo único que ahuyenta el miedo de nuestras vidas: el amor. Pero esto es un estado de alerta para la sociedad porque es capaz de aperturar a una persona en su camino espiritual, y entonces la intromisión de la realidad social logra conllevarla a un estado anti-natural, donde vuelve todo a ser "normal" y ya nada es "demencial".

Sin título I

Las personas son niños todo el momento, el tiempo no existe en ellas. Es la sociedad quien nos brinda esas características de adolescentes, adultos, viejos. Imagina esto, ¿qué hubiese pasado si nunca en tu vida hubieses escuchado de una investigación de adolescencia para saber lo que es? ¿acaso tu mamá nunca te dijo la primera vez que tuviste relaciones "que tonto eres, con razón eres un adolescente"? Sí, lo hizo porque es una adulta y las personas adultas hacen eso, ¿quién creó esa idea de ser adulto, adolescente o anciano?, es una pamplina. 

Porque todas las personas somos niños, sólamente modificamos nuestros cuerpos y nos amoldamos en forma fisiológica de acuerdo al tiempo en el que estamos viviendo, pero seguimos siendo niños. Muchos no lo saben y reprimen nuestras actitudes de niños aduciendo que tenemos que ser adultos, madurar, preocuparnos, molestarnos, frustrarnos, contribuir a la economía, construir un núcleo moderno de vida familiar, etc. Porque si no, ninguno de nosotros podrá sobrevivir en este "mundo real". Sin embargo, un niño sólo quiere jugar, divertirse, ver la realidad cómo naturalmente es, amar, ser feliz, experimentar, abrirse, explorar, viajar, etc.

Entonces, nos venden las actitudes que debemos de tener de acuerdo a nuestras edades y nuestras etapas, cuando en realidad no es así. Son actividades aprendidas. No tienes qué sentirte mal porque ya "creciste" y no eres más un niño, y que ahora tendrás una vida más dura y con decisiones más importantes y con modificaciones de tu persona que no quieres tomar. No, no debes de seguir esa corriente, aún eres y siempre serás un niño y por lo tanto disfruta la vida como tal, aléjate de las preocupaciones de la vida de adulto y/o anciano. Evita el drama en tu vida, eres un niño y él no usa el drama ni lo necesita porque no lo ha creado, es antinatural a su estado. Él simplemente está feliz o está triste, él está; él no se preocupa en ser alguien especial o peculiar, él es. 

Estamos en un planeta de niños, sólamente que hay niños con sabiduría y niños sin ella; de los niños con sabiduría, hay algunos que la usan para hacer cosas de niños, y otros que la usan porque quieren dejar de serlos; quieren evolucionar. Así que, no te sientas ofendido por ellos, al fin y al cabo sólo son niños que disfrutan y les encanta ser niños, ellos no quieren cambiar y tú tampoco se lo vas a imponer, ellos mismos pueden darse cuenta. 

Es como sucede en el hecho cotidiano, donde las personas le dicen a un niño: Oye, deja de ser inquieto. Pero éste obedece, no porque quiere sino porque teme, cuando en realidad al niño no se le debe obligar ni mandar a entender las cosas por temor, sino a mostrársela y esperar su sabiduría para que decidan ser mejor personas, su cambio debe darse por amor.